"Es tan sencillo como tener dos caminos y no saber cuál escoger.." Era todo lo que su mente podía pensar. Mil cosas, cientos de acontecimientos que pasaban en cuestión de segundos, un presente que en tan solo un pestañeo se transformó en un pasado inalcanzable. Se incorporó y se sentó a los pies de su cama, abrió la ventana dejando pasar esa fría brisa de invierno que congelaba cada parte de su alma, cogió un cigarrillo de la mesa de noche y lo encendió, sintiendo el calor que en poco tiempo la llama dejó en su rostro y al apagarse, el helado contraste que llegaba desde el exterior. Alzó la mirada a ese cielo nocturno sintiéndose tristemente acompañada por una infinidad de titilantes brillos que parecían no tener nada que contar, amándolos, adorándolos.. como si en el casi inapreciable brillo de su mirada, capturase cada fulgor..
No se oía absolutamente nada, ni el cantar de los grillos, ni el ruido de los coches al pasar, ni siquiera la respiración de aquellos que dormían en la habitación cercana. Ella tan solo disfrutaba de las mortales caladas que poco a poco iba dando y sintiendo que cada una de ellas.. era un recuerdo que perforaba su interior.
Lágrimas se desprendían recorriendo lentamente su cara, dejando un rastro agridulce de sueños que se quebraron aquel día que sin previo aviso se perdió la estrella que ella tanto deseaba.
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