El tiempo corre veloz, dejándolo todo atrás, arrasando con todo a su paso. Quemando los recuerdos, matando los deseos, influenciando en el crecimiento de nuevos sueños y anhelos. Lazos que en el pasado parecían indestructibles, se deshilachan raudos dejando las marcas de la aguja que antaño los cosió.
Caminos que se juntan y no se entrelazan, otros que por el contrario, nacieron para estar juntos. Enigmas, puzzles y misterios que emergen desde el alma.
Grabados de fuego intenso que marcan la piel que los porta, a veces con orgullo, a veces con vergüenza. Cicatrices invisibles que para bien o para mal, dejan mella en el corazón de quién las vivió.
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